Aunque con notables ausencias, las fiestas patronales de la localidad se celebraron un año más en la localidad sesmera. Gran emoción de algunos de sus miembros en el chupinazo y el rodillo festivo inicio su vorágine de comidas, vinos y cenas. Resacas y difíciles digestiones acompañaron a sus miembros a lo largo de la semana.
En septiembre, visitas ilustres y equipo titular hicieron alargar las noches más de lo habitual. El buen tiempo también acompañó a los sesmeros en ambas citas.
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